Guatemala en Santiago
La distancia nos hace escribir, (me dicen), yo todavía no puedo. Te tengo a ti que me lees. Una hoja en blanco y el abecedario. Un libro roto de autores chapines y los treinta cinco volcanes de Ricky López. Lo siento… nada que darte, o quizás solo esto: Un techo y cuatro paredes con vista a los Andes. Con un sol que se duerme más tarde, y una luna que ya no se pinta de plata, sino de cobre. Se me termina el recurso, veo que no tengo nada. Quizás te sirvan mis sueños pospuestos, o el amor de una madre, por un hijo extranjero. O la lágrima enviada ayer por correo ¡Lo siento, pero todo me falta! Me falta el viento de tu barrilete, Me falta tu rico noviembre… Me sobra el verano, y me asfixia el calor. Siento lo dulce en el fiambre. Siento el amor del domingo. Siento el azul de los nuestros. Y la primavera en las venas. Y en el corazón tengo lo que no puedo dart...