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Victoria

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Cuando pienso  en ti Señor,  Pienso en tu Gloria. Pienso también en mí, y en nuestra historia. Cuando voy a ti,  ¡Mi amado! Obtengo el perdón eres Tú, El Crucificado a quién doy mi corazón. Háblame desde la Cruz y en tus llagas escóndeme. Oh mi buen Jesús: Llámame y respóndeme. Que si no es a Ti... ¿A quién voy? Si solo dentro de tus llagas, soy. Fuera de ellas, no existo. Y por tu Misericordia, de Esperanza, me visto. Cuando pienso en ti Señor,  en las bodas de Caná... También pienso en ti, Mamá. ¡Qué grande tu fe y entrega María! Gracias a tu Sí, hoy tengo alegría. Gracias a tu Sí... Tu Hijo se queda conmigo, en un pedazo de pan y en una copa de vino. Cuando pienso en ti, Señor, en el mar de Galilea, también pienso en mi tarea... y por más pequeña que sea: ¡Qué así sea! Llámame a pescar , Señor. Yo echo las redes,  Aquí tienes a tus hombres... y a tus mujeres. Y que tu mirada eterna sea el norte de mis pasos durante las tardes de invierno  y la de los ocasos... o cuando por las olas,

Hoy me levanté

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Hoy me levanté de 50 años, en un mundo que ya conocía desde los 20. No mucho ha cambiado en el fondo… Las miradas, todavía, buscan esconder el dolor que llevan encima.  Nos distraemos con la música del ambiente.. y con nuestros pensamientos. Buscamos llenar una copa con recuerdos y sueños.  La mía está llena ya… y ¿aún me queda más tiempo?  Ansío la voz que pronuncie mi nombre y me diga: ¡eres mía! Sabré entonces que ha llegado la hora de dejar el bullicio y alzar la mirada.

La cubanita, el kaibil y la vaquera

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Hoy tuve una profunda sensación. De esas que te estrujan el alma. Una llena de nostalgia agridulces y amores ácidos.  Encontré viejas fotografías de mi infancia.  En ellas redescubrí la alegre sonrisa de una niña de once años, y noté también la chispa de vida que casi pierde una vez.  Encontrar a la muchachita de ojos pizpiretos imaginando y ejecutando obras de teatro junto a la habilidad de sus hermanos dispuestos a seguir el guión de sus inquietos pensamientos, fue como desempolvar un cofre lleno de joyas preciosas.  Ahí estaba yo vestida de vaquera, llevaba una mochila invisible al hombro llena de ingenuidad y alegría, pero sin botas para caminos difíciles.  Lista o no, estaba montada, aunque no lo supiera, sobre un toro fuerte y salvaje en el ruedo.  Por fortuna siempre supe no mirar al toro, sino agarrarle el cuerno, pero sí que me zarandeó, golpeó y lanzó a la pared con fuerza muchas veces... en la vida, dejándome muy mal herida. Ahí tirada sin fuerzas, tragué polvo mientras escu

De las palabras que no te regalé

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Teníamos veintitrés y los dos no dábamos ni un paso acertado. Él, a la penitenciaría y yo huérfana. No sé cuál es peor, pero eso es lo que nos tocó vivir en ´97.  Lo cierto es que los dos éramos lo único que quedaba de la magia y felicidad, que creíamos poseer. Pronto un fuego abrasador e incontrolable, nos robaría todo. Beberíamos por fin el trago amargo de la adultez. Nuestra hora había llegado y no teníamos reloj, manual, ni mucho menos armadura. Nuestras manos, antes enfebrecidas, sostendrían ahora el peso de las consecuencias y dejaríamos, así de romplón, hacer castillos en el aire. Entonces me preparé para ir a verlo, me pidió que le llevara algo de leer: un libro inteligente , dijo.  Llegué a la librería y salí llorando.  Respiré y volví a entrar,   esta ve z  no saldré con las manos vacías , me dije un tanto enojada. Tuve que recurrir al consejo de la señorita. No tenía la menor idea qué llevarle. Me preguntaba, qué libro puede un poquito recordarle que le quiero, recordarle qu

sinfonía pour moi

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Tuve una pésima noche. Los vecinos junto con su equipo de farra, decidieron honrar el karaoke y las mil y una voces. Así que como pude, al sonar el despertador, puse un pie en la alfombra redonda a la orilla de mi cama, pero en vez de sentir los acostumbrados pelillos, algo ligoso blando y frío se escurrió por toda la planta del pie. Grité aterrada y al abrir bien los ojos, un universo de colores que no conozco, se abrió ante mí. ¿Dónde estoy? -Mi corazón palpitó- Quizás pasaron algunos minutos y yo permanecía aún inerte y anonada. Lo más extraño, y vaya que todo era extraño ya, fue que no escuchaba nada.... nada, ni siquiera el sonido de la nada. Decidí mover los dedos de los pies, apretándolos fuerte sobre aquello que me sostenía pero que evidentemente no era, tierra, agua o algún otro material que yo conociera y me atreví a dar un paso..., al hacerlo, se escuchó como si un gigante tocara la tecla de un piano enorme, invisible y fantástico. Así que moví el pie izquierdo también hacia

Al cruzar

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Cuando llegue a esa esquina, tú tal vez estés viejo, y yo, quizá no tan joven. Se encontrarán cara a cara, la realidad y el misterio.  Tú resolverás el enigma. Yo no tendré más preguntas. En un destello se guardarán mil recuerdos. Y en un sueño se abrirán nuestros ojos. El Amor buscará los boletos, entre su misericordia. Tu harás el trueque. Yo pagaré las cuentas. Y por un momento, solamente uno, te darás cuenta que no es tarde, y yo me daré cuenta que ya es hora. Marcharé por el camino sin duelo. Volarás por un júbilo cielo. Y la Luz guiará nuestra alma. Y su verdad abrirá la puerta. Yo viviré sin tiempo y espacio. Y tú vivirás por siempre. ...Algún día.

Soy catequista

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Hola, bienvenidos a mi Blog www.mateo2820.blogspot.com Me llamo Gilda María Rodas, soy esposa, mamá, hermana, hija, amiga...e¡¡Hija de Dios!! Nací en Guatemala un  un 17 de junio, y me bautizaron el 1 de septiembre en la década de los 70s.  Desde hace ocho años que junto con mi familia vivimos en Costa Rica.   Pura Vida.  ¡¡También soy Catequista!!  Desde hace unos seis años, pero ahora que lo pienso bien, sentí el llamado o el interés por  estar en las cosas de Dios cuando escuché la canción “Pescador de Hombres”,  quizás tenía unos nueve años ya que había recibido recién la Primera Comunión.  Aún recuerdo cuando al escucharla ardía un fuego dulce en mi corazón, sin saber qué era o por qué era y me tocó pasar por muuuuuchas experiencias -agridulces-, que me condujeron a comprender, vivir, agradecer el amor de Dios y a querer compartirlo.  Y claro también a encontrar el significado de esa canción que aún resuena y me sigue enseñando. Te invito a que tú también encuentres ese fuego dulc

Un vínculo

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En el silencio del vínculo, entre padre e hija, perdí algo. Aún no sé qué. ¿A dónde fue? ¿O si alguna vez estuvo? En ese silencio, estuve sola. Buscando algo más. Y mientras la vida pasaba, muy rápido, me llenaba de todo, sin filtros, también de lo malo. Llenaba cariños inútiles, y promesas rotas. Y me vaciaba de mí. Ahogándome en un río, de lágrimas. Un día no me pude ver más. Pero Él me encontró,  estaba cubierta de rosas, llenas de espinas. Su perfume me despertó,  y las espinas, a su frente llevó. Desde entonces,  en los silencios, se comunica conmigo. Y la vida ya no pasa ni rápido,  ni lento  ...sino a su ritmo. Que viene siendo como... una canción bajo la lluvia,  en un día de sol.

El otoño

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Cuando la hoja seca cae, el viento suspira. Ya no soy la misma verde verde que fui. Ni vislumbro horizontes desde la copa más alta. Más bien, sirvo de abrigo en un nido con pichones, y de abono para pastos, que algún día verán trigo. Cuando boca arriba contemplo el cielo, no sólo lo hago para ubicar el norte, ni solo lo hago para con las nubes jugar... sino para recibir el maná, que aún no merezco, pero que ahora agradezco, ...porque aún estoy viva. Cuando lentamente caigo, es cómo acariciar el camino, un camino aún con flores y espinas, piedras y riachuelos, pájaros y despedidas. Un camino donde el viento sopla, y yo feliz...le espero.

Ámame

Vuela alto, lejos, despacio. piérdete en el paraíso. Mi paraíso, y ¡bésame! Antes que amanezca, y ¡ámame! Antes de que despierte.

Juntos

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Estás en el aroma del viento, que se cruzó con mi norte. Estás en los silencios del alma, cuando dijiste mi nombre. Estás en el eco del templo, que aún cuenta promesas. Estás en el dolor de dos partos, que nos dicen te quiero . Estás en la letra del nombre, que continua el linaje. Estás en las luces del día de mis triunfos y risas. Estás en la cabalgata nocturna, de mis noches de pena. Estás en la cuarentena del destierro nos llamó sin aviso. Estás tras bambalinas del drama, que a veces yo finjo. Estás en la dureza de la cara, cuando elijo la cruz. Estás en la rosa de mis cuentos, cuando dibujo el final. Estás en la fineza del hilo, cual nos teje la vida. Y en el matiz del tiempo... que nos sigue sumando. ¡Juntos!

La adversidad

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Nadie le quiere abrir la puerta. La mantendremos cerrada. Y haremos nuestras casas, de ahí, lo más alejadas. Y nos subiremos al barco, que nos lleve a esa playa, donde la arena es muy fina, donde la miel no se acaba. Y construiremos castillos, con la arena muy blanca. Hasta que algo despierte, nuestro estéril letargo. Culparemos a las nubes , o culparemos al barco. Sin estúpidos castillos, ni refugio...ni contacto. Arrastrados por una ola, de vuelta al lugar temido, y después de tanta sal ahogando algún gemido. Y después de tanta sal, por una cruz seguimos vivos. Bendeciremos a la tierra. Bendeciremos a la lluvia. Cosecharemos con respeto. Cosecharemos ya sin culpa. Y a la puerta llamaremos, - a golpes de herederos -, reclamando nuestro reino, reclamando lo que es bueno. ¿Saldrá la adversidad? Sí. Pero esta vez..                                 ¡no temeremos!

Tiempos difíciles

La bulla me ignora y a penas me ve. pero quiere tocarme y marcha a mi alrededor con agudos chillidos, graves tristes, susurros necios, risitas burlonas. ¡No la reconozco! y ella parece tener el control y saber quién soy. Pero esa, no soy. y Surge una grieta, hundida en la esencia, y de ella sale un silencio, dulce y blanco, quieto y sabio. se deja atrapar. Esa sí soy.

Eres Tú

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En un mundo de voces, ¡la palabra eres Tú! Esa, que conforta mi alma sedienta. ¡La palabra eres Tú!  La que quema por dentro. La que moldea la obra. La de mis ojos al cielo. ¡La palabra eres Tú! La que con una basta, para sanar las heridas, Y, comenzar de nuevo. ¡La palabra eres Tú! La que escribe: ¡Hágase! La que sostiene mi vida, a la hora de la muerte. ¡La palabra eres Tú! La que dijo: Levántate. La que dice: Sígueme. La única que es eterna.  La palabra se encarna en ti, se hace verbo y conjuga mi alma.

Mil y un recuerdos

Dichoso tú, que no tienes canas ni arrugas... No han pasado los años por ti. ¿Aún tienes veintidós? Dichoso tú, que no tienes twitter, ni pensamientos cortos. Ni mil y un recuerdos. ¿Los hay en el cielo? Dichoso tú, que sigues el sol, que el Paraíso te encuentra, y  los fantasmas no asustan ...los lugares eternos. Dichoso tú,  ¡y Pobre de mi! Que teniendo todo eso, todavía me faltas.

Encuentos nocturnos

Eran alrededor de las dos de la mañana. Desperté con sed. Al cruzar la puerta noté algo que se movía, era pequeño, largo y oscuro.  No debí encender la luz pues lo perdí de vista, debió haber huido el cobarde.   Seguí mi camino hasta la cocina, tome un poco de agua y apagué la luz.  Regresé en silencio, y nuevamente al subir los escalones, nos encontramos. Decidí hablarle y le pregunté:  -¿Quién eres? Me miró, sus antenas se movieron ligeramente y su horrible y repugnante boca se abrió para decir:  -Me llamo kafka, y tú?

Sal

Tequila en la tempestad, con sal. sin lunas, luceros o faros... En las manos: arena En la mente: castillos En la garganta:  Silencio.

Tormenta

Lluvia... ¿Qué digo? ¡Tormenta! El agua está salada y no tengo vino, ni barca.

El receso

Me caí de la cama y ahí tirada, no dejé de sonreír, y aún rota y descosida, deseé seguir tirada, como muñeca de trapo, esperando verte en el receso.

El silencio

El silencio de vez en cuando grita: Tu nombre, nuestra historia, el adiós, la respuesta, el tiempo, la espera, lo perdido...