Victoria

Cuando pienso 
en ti Señor, 
Pienso en tu Gloria.
Pienso también en mí,
y en nuestra historia.

Cuando voy a ti, 
¡Mi amado!
Obtengo el perdón
eres Tú, El Crucificado
a quién doy mi corazón.
Háblame desde la Cruz
y en tus llagas escóndeme.
Oh mi buen Jesús:
Llámame y respóndeme.

Que si no es a Ti...
¿A quién voy?
Si solo dentro de tus llagas, soy.
Fuera de ellas, no existo.
Y por tu Misericordia,
de Esperanza, me visto.

Cuando pienso en ti Señor, 
en las bodas de Caná...
También pienso en ti, Mamá.
¡Qué grande tu fe y entrega María!
Gracias a tu Sí, hoy tengo alegría.
Gracias a tu Sí...
Tu Hijo se queda conmigo,
en un pedazo de pan
y en una copa de vino.

Cuando pienso en ti, Señor,
en el mar de Galilea,
también pienso en mi tarea...
y por más pequeña que sea:
¡Qué así sea!
Llámame a pescar , Señor.
Yo echo las redes, 
Aquí tienes a tus hombres... y
a tus mujeres.

Y que tu mirada eterna
sea el norte de mis pasos
durante las tardes de invierno 
y la de los ocasos...
o cuando por las olas, camine,
y bajo tu gobierno.
Sea solo a Ti a quien mire
Aquí...aquí, muy dentro.

Y cuando sea mucha la pesca
Señor, mis dones, te ofrezca
Pues para ti, mi Rey,
siempre sea la gloria,
y para mí, y por ti...
la victoria.


 Gilda María Rodas





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