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Mostrando las entradas de junio, 2012

Raymundo, el viejo y el mar

Cuando dormía más de ocho horas seguidas, a veces solía tener los sueños más fantásticos que puedan imaginar, incluso algunos con secuencias que hasta la fecha los recuerdo bien.  Como el de Raymundo, ¡qué nostalgia me invade! Qué giro tan maravilloso el que le dio a su vida... Todo comenzó cuando su abuelo Francisco lo creía muerto. El viejo habría recibido un telegrama que le entristeció mucho:   "Lo sentimos, ayer a las siete Raymundo Lozada murió, su cuerpo ya fue enterrado. QEPD. ".  Francisco suspiró profundamente pero ademas de sentir dolor, se sintió aliviado.  La mitad de dinero correspondiente a su pensión, la destinaba mes a mes a los abogados de Raymundo y otros gastos. Lo enviaba a la ciudad donde cumplía veinte años de sentencia su ingrato y huérfano nieto, quien en un altercado por drogas, se vio envuelto en el asesinato de una humilde muchacha.  Francisco no dejó de creer en su inocencia, nunca dejó de luchar por él, hasta ese mismo día en que lo supo muerto.