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Mostrando las entradas de enero, 2013

Encuentos nocturnos

Eran alrededor de las dos de la mañana. Desperté con sed. Al cruzar la puerta noté algo que se movía, era pequeño, largo y oscuro.  No debí encender la luz pues lo perdí de vista, debió haber huido el cobarde.   Seguí mi camino hasta la cocina, tome un poco de agua y apagué la luz.  Regresé en silencio, y nuevamente al subir los escalones, nos encontramos. Decidí hablarle y le pregunté:  -¿Quién eres? Me miró, sus antenas se movieron ligeramente y su horrible y repugnante boca se abrió para decir:  -Me llamo kafka, y tú?