Guatemala en Santiago

La distancia nos hace escribir, (me dicen), yo todavía no puedo.

Te tengo a ti que me lees.
Una hoja en blanco y el abecedario.  
Un libro roto de autores chapines
y los treinta cinco volcanes de Ricky López. 

Lo siento… nada que darte,
o quizás solo esto: 

Un techo y cuatro paredes  
con vista a los Andes. 
Con un sol que se duerme más tarde, 
y una luna que ya no se pinta de plata,  
sino de cobre.

Se me termina el recurso,
veo que no tengo nada.

Quizás te sirvan mis sueños pospuestos, 
o el amor de una madre,
por un hijo extranjero.
O la lágrima enviada ayer por correo

¡Lo siento, pero todo me falta!

Me falta el viento de tu barrilete,  
Me falta tu rico noviembre… 
Me sobra el verano, y
me asfixia el calor. 

Siento lo dulce en el fiambre. 
Siento el amor del domingo. 
Siento el azul de los nuestros. 
Y la primavera en las venas.

Y en el corazón tengo lo que no puedo darte, 
y lo que vos mi paisano, tenés a tus pies:
¡Mi tierra querida!



Comentarios

Brenny dijo…
ahhh! me gusta!!
JF dijo…
No sabía que no estaba en Guate.

Hace unos años, yo estuve fuera tambien. en parte, por mi gusto, en parte, por necesidad, en parte, por no querer estar .... en parte, porque me canse de guate.... hasta que la deje, y me tuve que regresar... recuerdo tan bien ese aroma a soledad de los domingos...
Unknown dijo…
Y más aún en estos días fríos y temporadas de fiesta, es cuando se anhela estar con los míos.

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