sinfonía pour moi
Tuve una pésima noche. Los vecinos junto con su equipo de farra, decidieron honrar el karaoke y las mil y una voces. Así que como pude, al sonar el despertador, puse un pie en la alfombra redonda a la orilla de mi cama, pero en vez de sentir los acostumbrados pelillos, algo ligoso blando y frío se escurrió por toda la planta del pie. Grité aterrada y al abrir bien los ojos, un universo de colores que no conozco, se abrió ante mí. ¿Dónde estoy? -Mi corazón palpitó- Quizás pasaron algunos minutos y yo permanecía aún inerte y anonada. Lo más extraño, y vaya que todo era extraño ya, fue que no escuchaba nada.... nada, ni siquiera el sonido de la nada. Decidí mover los dedos de los pies, apretándolos fuerte sobre aquello que me sostenía pero que evidentemente no era, tierra, agua o algún otro material que yo conociera y me atreví a dar un paso..., al hacerlo, se escuchó como si un gigante tocara la tecla de un piano enorme, invisible y fantástico. Así que moví el pie izquierdo también hacia...