Trece de Alianza
y en la marcha los oídos, sabrán que ya es la hora.
Luciré gaviotas en el velo como las que emigran lejos,
y brillarán mis ojos perlas, cultivadas por mis padres.
El estallido de talanes de campanas bien alegres,
arrojará aplausos al viento, en señal de buen augurio.
Y levantando la copa en honor a la esperanza,
el Señor se hará presente, convirtiéndonos en uno.
Los invitados que bailen al compás del mejor vino,
Y nosotros, debutantes, sellaremos con un beso...
el destino.
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